Visitas guiadas

Preciosa ciudad milenaria fundada por los romanos en el siglo I a. C., cruzada por el río Onyar y protegida por sus murallas.
Conocida con el sobrenombre de ciudad inmortal, Girona es ciudad de museos, de artistas y de un importante legado judío. La visita de su antigua judería en el corazón del centro histórico, siempre sorprende al visitante.
De la ciudad monumental destacan dos iconos representativos: la Catedral de Santa María y la basílica de San Félix.
Pasear por la Rambla, encaramarse a las murallas o tomar un café en la plaza de la Independencia son pequeños y a la vez grandes placeres que permiten disfrutar de su paisaje urbano y de sus gentes.
Sus encantadores rincones y sus leyendas han sido fuente de inspiración para spots publicitarios y para el mundo cinematográfico en múltiples ocasiones.

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Panorámica de Girona

Esta es una visita sin entradas a ningún monumento que tiene una duración aproximada de una hora y media, y que nos permitirá descubrir el barrio antiguo de Girona. Pasearemos por el barrio de Sant Pere, donde veremos el exterior del monasterio de Sant Pere de Galligants y los baños Árabes; seguidamente nos dirigiremos a la parte más antigua de Girona, donde tras contemplar la espectacular Catedral, visitaremos el antiguo barrio judío; asimismo recorreremos algunas calles del antiguo barrio gremial.


Girona medieval

Durante esta visita descubriremos el bonito rincón del románico de la ciudad: los baños Árabes, únicos baños de estilo románico de Europa, y el conjunto de Sant Pere de Galligants, con su monasterio, capilla y claustro encantadores.


Leyendas de Girona

Esta visita guiada esta pensada especialmente para toda la familia. Se ofrece al visitante la posibilidad de descubrir Girona a partir de sus numerosas leyendas. El barrio antiguo oculta historias y personajes increíbles y emocionantes que han sobrevivido a lo largo del tiempo formando actualmente parte del imaginario colectivo de la ciudad.


Girona judía

El Call o barrio judío de Girona esta considerado como el mejor conservado del país. Encontramos estrechas callejuelas y rincones misteriosos. Se originó en torno a la calle Força, cerca de la Catedral, y llegó a tener una comunidad de 800 personas en el siglo XII